El Papa recibió en el Vaticano a los tiroleses que le han
regalado el árbol navideño instalado en la Plaza de San Pedro.
"La Navidad es una fiesta cristiana y sus símbolos
-entre ellos especialmente el Belén y el árbol adornado de dones- constituyen
referencias importantes al gran misterio de la Encarnación y del Nacimiento de
Jesús, que la liturgia del tiempo de Adviento y de la Navidad evocan
constantemente".
"Este vetusto abeto –dijo el Papa refiriéndose al
árbol-, cortado sin dañar la vida del bosque, adecuadamente adornado,
permanecerá junto al Belén hasta el final de las festividades navideñas. Es un
significativo símbolo de la Navidad de Cristo, porque con sus hojas siempre verdes
recuerda la vida que no muere".
"El árbol y el Belén -continuó- son elementos de aquel
clima típico de la Navidad que forma parte del patrimonio espiritual de
nuestras comunidades. Es un clima impregnado de religiosidad y de intimidad
familiar, que debemos conservar también en la sociedades actuales, donde a
veces parecen prevalecer la carrera al consumo y la búsqueda de bienes
materiales".
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